Un disparo, otro y uno más. Tras esos ruidos de las armas, Naún Briones y Arnoldo Cueva forman parte de la leyenda en la provincia de Loja y de la literatura ecuatoriana. Naún Briones es el que lleva la buena fama. Perfeccionó el uso de las armas con el “Pajarito” y se dedicó a robar a los ricos para dar a los pobres. Pero también tuvo sus equivocaciones y sus enemigos como se relata en la novela “Polvo y ceniza” de Eliécer Cárdenas.
Tras sus pasos estaba el mayor Deifilio Morocho, quien también en otra historia de Cárdenas, “El árbol quemado” perseguía a Arnoldo Cueva, otro bandolero considerado como el mal ladrón. En estas dos historias se vive o se rememora parte de la historia de Loja y sus alrededores. En esas dos novelas se relata a dos personajes que forman parte de las leyendas y de la realidad del sur del país.
“Hay una gran diferencia entre Naún Briones de Polvo y Ceniza, que era un bandolero social, y Arnoldo Cueva, quien es un sicario que trabaja para los grandes intereses terratenientes de Loja”, afirma Eliécer Cárdenas en una entrevista que publicó Diario Hoy en 2008.
En el cantón lojano de Sozoranga se encuentra una cueva natural en la que encontró la muerte el bandolero Naún Briones. Mientras que en el cantón Paltas se guarda parte del legado de Briones.
La historia de Naún también fue contada en la película “Polvo y ceniza”, dirigida por César Carmigniani. A más de esos libros, sus compañeros le dedicaron a Naún Briones varias coplas que las entonaron después de su muerte, que se mencionan en el blog de Eduardo Pucha Sivisaca. Su legado quedó.
Más de cien soldados vienen
a emboscarlo en Piedra Liza
la gente asustada llora
el cielo truena y graniza.
Con la sangre de Naún
la laguna se tiñó
Sozoranga se asustó
por la muerte de Naún.
Dijeron que lo mataron,
pero eso no sucedió
los pobres aseguraron
que él mismo se disparó.
En los cantones lojanos
sin miedo camina aún
tranquilo, valiente, ufano,
el bandolero Naún.
En el mismo blog se comparte la historia de la visita del bandolero a Zaruma,en la provincia de El Oro.
Tras sus pasos estaba el mayor Deifilio Morocho, quien también en otra historia de Cárdenas, “El árbol quemado” perseguía a Arnoldo Cueva, otro bandolero considerado como el mal ladrón. En estas dos historias se vive o se rememora parte de la historia de Loja y sus alrededores. En esas dos novelas se relata a dos personajes que forman parte de las leyendas y de la realidad del sur del país.
“Hay una gran diferencia entre Naún Briones de Polvo y Ceniza, que era un bandolero social, y Arnoldo Cueva, quien es un sicario que trabaja para los grandes intereses terratenientes de Loja”, afirma Eliécer Cárdenas en una entrevista que publicó Diario Hoy en 2008.
En el cantón lojano de Sozoranga se encuentra una cueva natural en la que encontró la muerte el bandolero Naún Briones. Mientras que en el cantón Paltas se guarda parte del legado de Briones.
La historia de Naún también fue contada en la película “Polvo y ceniza”, dirigida por César Carmigniani. A más de esos libros, sus compañeros le dedicaron a Naún Briones varias coplas que las entonaron después de su muerte, que se mencionan en el blog de Eduardo Pucha Sivisaca. Su legado quedó.
Más de cien soldados vienen
a emboscarlo en Piedra Liza
la gente asustada llora
el cielo truena y graniza.
Con la sangre de Naún
la laguna se tiñó
Sozoranga se asustó
por la muerte de Naún.
Dijeron que lo mataron,
pero eso no sucedió
los pobres aseguraron
que él mismo se disparó.
En los cantones lojanos
sin miedo camina aún
tranquilo, valiente, ufano,
el bandolero Naún.
En el mismo blog se comparte la historia de la visita del bandolero a Zaruma,en la provincia de El Oro.
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